San Antonio Oeste. La realidad del panorama actual de la actividad pesquera
marítima en la provincia de Río Negro, amerita "parar la pelota" por un
momento y realizar un profundo análisis de fortalezas y debilidades del
sector, casi a nivel quirúrgico, para establecer con precisión dónde nos
encontramos, hacia donde vamos, qué nos falta, qué nos sobra y de acuerdo a
"las cartas que nos toquen", con muchas "viejas" y alguno que otro "ancho"
realizar la mejor jugada posible.
Este análisis deberá ser profundo, "hasta el hueso" y "sin anestesia" porque
si solo nos limitamos a un "sana, sana colita de rana…" no haremos nada mas
que prolongar la agonía, el dolor y sufrimiento. La pesca aquí y ahora, aquí y
en la china, cambió y radicalmente, y quienes no bailen la música que toquen
los que mandan – los que compran- corren el riesgo de quedar "afeitados y sin
visitas". De nada sirven nostalgias de tiempos idos, lo que pasó pasó y lo que
viene hay que afrontarlo como viene y como se debe.
La principal fortaleza de la pesca marítima rionegrina está dada en la calidad
de sus aguas y las casi 9 mil toneladas de Merluza hubbsi, principal especie
objetivo del golfo San Matías, y su principal debilidad, la abundancia de mano
de obra y las limitadas posibilidades que de la conjunción de ambas surge.
Hoy el mercado –el que manda- compra poco y selectivamente lo que le interesa:
o bien pescado entero y lo menos manipulado que sea posible, o productos muy
refinados que no cualquiera puede procesar ni suministrar. Esta es la
realidad. Más allá de lo justa o no que pueda ser, es inmutable, y "no nos da
el cuero" para cambiarla. O nos subimos al tren o nos quedamos "solos en el
andén, mirando las luces del tren que pasó".
San Antonio Oeste a lo largo de sus 106 años de historia ha vivido y sufrido
en carne propia el desplome vertiginoso y sin aviso de varios de sus proyectos
productivos y laborales que ocupaban a sus vecinos y generaban riqueza,
movimiento económico y desarrollo. Al finalizar las obras del Ferrocarril al
Nahuél Huapi, nuestro naciente pueblo, que era gracias a los trabajadores que
de todo el planeta llegaron para trabajar en el tendido de sus vías, una
verdadera Babel, los vio partir hacia otros sitios buscando una fortuna que
aquí ya no podían encontrar. Durante la segunda guerra mundial, la explotación
cazonera trajo mano de obra y prosperidad; las zafras de la Vieyra, en varios
momentos de la historia pueblera, trajo brazos que tuvieron que migrar.
Más cercanos en el tiempo, el Ferrocarril General Roca ocupó por décadas a
centenares de sanantonienses y compatriotas que llegaron y constituyeron aquí
sus descendencias. La Cooperativa Metalúrgica San Antonio Limitada- COMSAL- de
la noche a la mañana cerró sus portones y sus innumerables trabajadores
quedaron librados a su suerte. Por más casos y más próximos, la construcción
de la planta industrial de ALPAT insumió ingentes cantidades de mano de obra,
de la que nuestro pueblo, por falta de preparación de sus hijos solo aportó
peones, ya que los cargos de conducción y dirección los cubrieron con gente
capacitada que vino de afuera. Más aquí "la Galme", después "Thallasa y otras
tantas, de cuyo nombre ni quiero acordarme, son dolorosos hitos que marcaron
la historia laboral de esta comunidad, en la que siempre los trabajadores
llevaron las de perder.
Hoy se cierne una nueva amenaza sobre centenares de obreros fabriles
pesqueros, ya que una estimación, muy superficial, permite sostener que están
sobrando, y disculpen el término, pero no encuentro otro sinónimo más
categórico, un par de centenares de trabajadores.
Frente a esta situación – la realidad- quedan dos caminos: lloriquear frente a
la crisis o afrontarla para ver como se la supera, con el menor costo de
brazos que sea posible.
La historia reciente nos mostró que ni cortar rutas, ni quemar gomas, ni
enfrentarse unos con otros produjeron el menor resultado, a no ser que se
piense que un subsidio por desocupación es una solución.
La alternativa de la hora, según entiendo, es no dilatar más el abordaje del
problema de fondo: ¿Cómo se "depura" la mano de obra disponible?. En primer
lugar estableciendo quiénes y cuántos son, sus edades y antigüedades
laborales, estado de salud y sus cargas familiares. Con este dato, avanzar
sobre los extremos de la franja etaria. Ver cuantos mayores y jóvenes componen
el conjunto. Establecidos ambos grupos, analizar si vía nuestros Senadores y
Diputados Nacionales se pueden gestionar jubilaciones anticipadas para los
mayores, por ejemplo, para los que estén a menos de 10 años de su jubilación,
y a los que tengan menos años de trabajo, "reconvertirlos", es decir
entrenarlos en otras actividades laborales en las que puedan desempeñarse, no
"como pariente pobre" o improvisado, sino capacitado y fogueado para tal
propósito. Para ello también habrá que invertir recursos, esfuerzo y tiempo de
todos.
En esta situación no hay lugar para espectadores, todos de alguna manera u
otra deberemos involucrarnos, poco o mucho, en este proceso que es de neta
raíz y destino comunitario. Pero involucrarse es actuar para superar, no para
llevar agua al molino de ningún oportunista que quiera arrogarse el posterior
logro; entre todos y para todos, porque su éxito o fracaso nos va a alcanzar a
todos y cada uno de los que aquí vivimos.
Al toro hay que agarrarlo por las astas, no hay ni tiempo ni lugar para
conciliábulos y "fumatas", solo hace falta poner en marcha los mecanismos
necesarios y avanzar con ellos, participando todos los involucrados en la
actividad por la vía directa e indirecta, comprendiendo esta última hasta el
más humilde bolichero pueblero que siempre le "atajó los penales" a sus
vecinos desocupados. Es tiempo de acción, de decir "Gregorio" de una buena vez
por todas, y dejarse de tanto "gre…. gre…". LRG 448 Marítima FM
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